Farándula

Valeria Falcón es una actriz de cierta notoriedad que cada jueves visita a una vieja gloria del teatro, Ana Urrutia. La Urrutia padece el síndrome de Diógenes y no tiene dónde caerse muerta. Su ocaso se solapa con la eclosión de un capullo en flor, Natalia de Miguel, una joven aspirante que enamora al cínico Lorenzo Lucas, álter ego de Addison DeWitt. Nadie tendrá derecho a destrozar la felicidad de Natalia de Miguel, una chica muy delgada que en pantalla da gordita. Por su parte, el ganador de la copa Volpi, Daniel Valls, confronta su éxito, su dinero y su glamour con la posibilidad de su compromiso político. A menudo llega a una conclusión: «Soy un débil mental.» Charlotte Saint-Clair, su esposa, lo cuida como una geisha y odia a Valeria, gran amiga de Daniel.

 

Más sobre la novela y unas cuantos extractos de estupendas y merecidas críticas en la web de Anagrama

Reseña completita en Varado el la llanura

 

 

Clavícula

«Tengo cuarenta y ocho años. No. En realidad tengo cuarenta y siete. Hace dos años que no tengo menstruación. Soy una mujer de éxito llena de tristeza. Temo que se mueran mis padres. Mi marido está en el paro. Trabajo sin cesar. No quiero quedarme sola. He tenido mucha suerte. Me han querido tanto. No sé ganar. Ni perder. Me da pánico no disponer de tiempo suficiente para disfrutar de tanta felicidad y tantos privilegios»

Durante un vuelo, a Marta Sanz le duele algo que antes nunca le había dolido. Un mal oscuro o un flato. A partir de ese instante crece el cómico malestar que desencadena Clavícula: «Voy a contar lo que me ha pasado y lo que no me ha pasado. La posibilidad de que no me haya pasado nada es la que más me estremece.»

Marta Sanz evoluciona en esta “novela” las metáforas y estilo particular de autoficción que brillase en Lección de Anatomía, en este caso entreverando las relaciones entre el cuerpo y los procesos productivos sistémicos bajo el casco de una oda a la menopausia.

 

Reseña de Devoradora de libros

 

 

Pequeñas mujeres rojas

Cierra la trilogía de novelas de Arturo Zarco sin Zarco, cediendo el protagonismo a quien siempre lo tuvo, la pequeña Paula Quiñones, que se va voluntaria a un pueblo de la España profunda a colaborar en la identificación de los restos de una fosa común; Marta Sanz da voz a los muertos, a las víctimas e indica cuando debemos leer despacio, internándose en los recovecos de la memoria y en las causas de la desmemoria, de porqué hay quien se empeña en olvidar obviando el riesgo que eso supone; porque hay intereses a los que no interesa la memoria pues sin memoria los crímenes quedan impunes y pueden volver a repetirse con la misma impunidad. Por eso Marta Sanz desgrana en esta novela las causas, los motivos y las consecuencias de los crímenes de una manera brutal y con el estilo que la caracteríza y que demuestra, una vez más, que Marta Sanz está en lo más alto de la narrativa de nuestro país (y gran parte del extranjero).

 

 

Entrevista en InfoLibre

 

El próximo lunes charlaremos en Anaïs Libros con Marta Sanz por videoconferencia; podéis asistir a la librería con cita previa o bien pedirnos el link a la sesión de video para conectaros desde casa, si os apetece acompañarnos.