Isabel es una anciana que le cuenta a Marta, su joven cuidadora, con reticencia y ataques de mal genio, algunos episodios de su pasado. En sus conversaciones la cuidadora descubre que Isabel ha tenido una vida llena de historias. Que sobrevivió a muchas calamidades en años difíciles, que tuvo que ejercer la prostitución y que conoció a muchos hombres. De todos ellos, Isabel guarda con especial cariño el recuerdo de un hombre, que fue delicado y atento con ella, y al que le devolvió el dinero con una nota: «Para que vuelvas hoy». Al dí­a siguiente Isabel recibió un enorme ramo de flores con un mensaje: «Para Isabel, mi primer amor». Y para Isabel, ese hombre, del que nunca más supo, se convertirá en el amor de su vida. Por todo lo que Isabel le va contando, Marta reconoce en ese hombre a un personaje real, Marcos Ana, que escribió en sus memorias un capí­tulo de cómo, cumplidos los cuarenta, tuvo su primer encuentro con una mujer, tras 23 años encarcelado en el franquismo por motivos políicos. Marta le lleva el libro y lee con Isabel cómo vivió aquel hombre avergonzado ese único encuentro y la lección de dignidad de su comportamiento.

 

Un joven relata a modo de confesión la historia de su relación con Lorena, hija de una bruja y hermana de leche, ya que fue criado por una nodriza. Con una voz discursiva que sigue sus pensamientos más íntimos, asistimos también a la relación que mantiene con su familia, madre y hermano, que lo desprecian por su parecido físico con el padre que los abandonó. Hechizado por Lorena, se verá condenado tanto a amarla como a aborrecerla.


Imbuidos por una prosa impecable, nos adentramos en una nueva historia mágica de Celso Castro, en una cautivadora novela de seres desamparados en la Galicia contemporánea que ahonda en la relación de amor entre dos personas solitarias unidas por la esperanza.

 

Paula Quiñones llega a Azafrán para localizar fosas de la Guerra Civil. Nada más poner su pie cojo en el pueblo siente que el cielo se encapsula sobre ella y una goma invisible tira de su cuerpo para alejarla de su destino: el hotel de los Beato, ubicado junto a un cartel en el que se lee «Azufrón».

En un homenaje a Hammett y Rulfo, a Peter Pan y Alicia en el País de las Maravillas, Sanz disecciona los relatos sobre la memoria. La escritura escarba fuera y dentro, a vista de lombriz y de águila, antes y después, en un magnífico trabajo con el punto de vista que no abole la noción de Historia. pequeñas mujeres rojas prolonga la posibilidad de la novela política: las voces de la ficción amplifican los miedos de quien toma la palabra y escribe, de modo que todas las voces son la misma y, a la vez, esa sola voz integra una polifonía de ecos, jadeos, gritos, carcajadas, psicofonías y onomatopeyas para imponer silencio: «Chissss.» Las voces se funden en un fresco sobre la violencia, económica y cultural, que se encarniza contra el cuerpo de mujeres que, rotas, no son hermosos fetiches, sino carne que duele.

 

La conquista de México ha terminado, y Juan de Toñanes es uno de tantos soldados sin gloria que vagan como mendigos por la tierra que contribuyeron a someter. Cuando recibe una última misión, dar caza a un indio renegado a quien apodan el Padre y que predica una peligrosa herejía, comprende que puede ser su última oportunidad para labrarse el porvenir con el que siempre soñó. Pero a medida que se interna en las tierras inexploradas del norte siguiendo el rastro del Padre, descubrirá las huellas de un hombre que parece no sólo un hombre, sino un profeta destinado a transformar su tiempo y aun los tiempos venideros.

En su nueva novela, Gómez Bárcena toma la realidad mexicana como pretexto para asomarse a la historia universal, en una lectura crítica que cuestiona la fe en el progreso y pone de relieve las promesas incumplidas del capitalismo. Con ecos de autores tan dispares como Joseph Conrad, Alejo Carpentier o David Mitchell, Ni siquiera los muertos es el viaje de dos hombres sin hogar que avanzan porque ya no pueden retroceder, y es también una reivindicación de justicia para los perdedores de la Historia.