Impedimenta es otra de las editoriales que tanto nos gustan, presentamos aquí obras recientes que han publicado y tenemos previsto traer algunas maravillas que tienen a punto de salir y algunas otras que se nos habían ido del radar.


Amor y amistad. Lealtad y conflictos morales. En Monjas y soldados, Murdoch ahonda de forma brillante en las aspiraciones y los miedos que experimenta todo ser humano cuando ha de posicionarse ante las situaciones más extremas de la vida. Una obra deslumbrante que nos transporta a la elegancia estilística de otra época.

Guy, el núcleo central de un nutrido círculo de familiares y amigos, está en su lecho de muerte. Sus ojos releen por última vez la Odisea mientras su esposa Gertrude recibe el apoyo de toda una cohorte de allegados. Es entonces cuando Anne, su mejor amiga de la universidad, llama a su puerta por sorpresa, tras abandonar un convento de clausura en el que lleva interna los últimos quince años. Mientras, Gertrude empieza a sentirse como una Penélope cercada por sus pretendientes. Las novelas de Murdoch son como fugas de Bach: no importa cuántas veces las leas, siempre encuentras algo nuevo. Una novela en la que dan cita un enjambre de personajes, alternando espíritus marciales e inclinaciones monacales. Una novela magistral sobre el amor no correspondido y sobre las deudas del pasado.


Reseña de Monjas y Soldados en Fantasy Mundo

 

“La vida sin maquillaje”, continuación de la celebrada “Corazón que ríe, corazón que llora”, en la que la doctora en Literatura Comparada Maryse Condé nos transmite su azarosa vida. Honesta e irónica, delicada y brutal, Condé vuelve a ensanchar los límites de la autobiografía para construir un bello relato universal: el de una mujer desposeída que, sin dejarse arrastrar por los embates del destino, busca incansablemente la plenitud y la felicidad.

Tras rememorar su infancia en Corazón que ríe, corazón que llora, Maryse Condé retoma el camino de su vida y nos conduce a través de sus años de aprendizaje: un periplo que comienza en París, con un embarazo accidental y el abandono del hombre al que ama, y que la lleva a vagar por África, en busca de esa identidad que ya empezaba a entrever con el descubrimiento de la negritud, del socialismo y la creatividad literaria. Pero también de los desengaños amorosos, la maternidad no deseada y los estragos emocionales de la orfandad. Honesta e irónica, delicada y brutal, Maryse Condé vuelve a ensanchar los límites de la autobiografía para construir un bello relato universal: el de una mujer desposeída que, a pesar de los embistes del destino, busca incansablemente la plenitud y la felicidad. La mujer antes de la píldora, África tras la independencia, una madre que huye. Una apasionante y conmovedora novela de la autora de «Corazón que ríe, corazón que llora».

 


El ingenuo salvaje, de David Storey (Wakefield, Yorkshire, 1933-Londres, 2017), es un perfecto retrato de esa sociedad británica que aún trataba de encontrar el rumbo en plena efervescencia de valores, superada aparentemente la austeridad post-Segunda Guerra Mundial. En la novela, publicada originalmente en 1960 y rescatada ahora por la editorial Impedimenta (con una magnífica traducción de Consuelo Rubio), Storey consigue esbozar su propia visión a través del personaje de Arthur Machin, un hijo de ferroviario que busca labrarse su propio futuro a través del rugby, deporte en el que no tarda en destacar.

Arthur Machin es hijo de un simple minero y no espera salir de la ciudad industrial del norte de Inglaterra en la que nació, un agujero de frustración y aburrimiento, pero su vida cambia cuando el equipo local de rugby lo ficha para la Liga Nacional inglesa. De la noche a la mañana, todo el mundo conoce su nombre, se codea con los hombres más poderosos de la zona y puede comprar todo lo que se le antoje. Sin embargo, Arthur no tarda en darse cuenta de que la popularidad no implica necesariamente la felicidad. Mientras va incomodando cada vez más a las clases altas, que no suelen admitir a nadie de origen humilde en sus selectos círculos, Machin trata infructuosamente de hallar cariño en la señora Hammond, su casera, y demostrarse a sí mismo que es algo más que una torpe marioneta de la sociedad, incapaz de hacer nada salvo regodearse en su propia fama. Una triunfal oda a la Inglaterra rugbística de los sesenta que habría firmado el mismísimo Alan Sillitoe: un mundo metálico de mugre, barro, sudor y ambiciones desnudas, pero también de gloria y tardes triunfales con el oval bajo el brazo. La historia de un gladiador moderno en un entorno brutal, de jugadores fieros, hinchas acérrimos, narices ensangrentadas, dientes rotos y baños comunitarios, en una Inglaterra en perpetua búsqueda de la redención.

La gran batalla siempre es la misma, reseña en La Milana Bonita

 


Baba Yaga es una criatura oscura y solitaria, una bruja que rapta niños y vive en el bosque, en una casa que se sustenta sobre patas de gallina. Pero también viaja a través de las historias, y en cada una de ellas adopta una nueva forma: una escritora que regresa a la Bulgaria natal de su madre, que, atormentada por la vejez, le pide que visite los lugares a los que ella ya no podrá volver; un trío de ancianas misteriosas que se hospedan durante unos días en un spa especializado en tratamientos de longevidad; y una folclorista que investiga incansable la figura tradicional de la bruja. Ancianas, esposas, madres, hijas, amantes. Todas ellas confluyen en Baba Yaga. A caballo entre la autobiografía, el ensayo y el relato sobrenatural, su historia se convierte en la de Medusa, Medea y tantas otras figuras malditas, dibujando un tríptico apasionante sobre c›mo aparecen y desaparecen las mujeres de la memoria colectiva. Un magistral cuento de cuentos que, lleno de ingenio y perspicacia, pone en el punto de mira la archiconocida figura de la anciana perversa. Un viaje fascinante en el que Baba Yaga, adoptando numerosos disfraces, nos invita a explorar el mundo de los mitos y a reflexionar sobre la identidad, los estereotipos femeninos y el poder de las fábulas.

Ignoro qué anomalía del mercado editorial ha propiciado que los últimos libros de Dubravka Ugresic (Kutina, Croacia, 1949) no hayan llegado a los lectores españoles. La autora que deslumbró con dos novelas tan buenas como sus títulos -en la mejor tradición kunderiana-, El museo de la rendición incondicional y El ministerio del dolor, y de unos ensayos tan impactantes como Gracias por no leer y No hay nadie en casa, ha seguido escribiendo desde su exilio holandés, publicando regularmente y dictando conferencias por todo el mundo.

Insobornablemente libre, reseña en M’Sur