«Sentada en su trono, la condesa mira torturar y oye gritar. Sus viejas y horribles sirvientas son figuras silenciosas que traen fuego, cuchillos, agujas, atizadores; que torturan muchachas, que luego las entierran. Como el atizador o los cuchillos, esas viejas son instrumentos de una posesión. Esta sombría ceremonia tiene una sola espectadora silenciosa.»

Para este Halloween hermos hecho una selección de tí¡tulos de terror magníficamente editados como La Condesa Sangrienta de Alejandra Pizarnik, sus páginas construyen un retrato perturbador del sadismo y la locura que las estampas del artista Santiago Caruso recrea con admirable maestría para Libros del Zorro Rojo.


«Ante mí apareció un anciano de elevada estatura, pulcramente afeitado a excepción de un gran bigote cano, y vestido completamente de negro, sin una sola nota de color. En su mano sostenía una lámpara antigua de plata, en la que ardía una llama sin ningún tipo de tubo o globo de cristal que la protegiera, la cual proyectaba largas sombras temblorosas al parpadear impulsada por la corriente que entraba por la puerta. El anciano me indicó que entrase con un gesto cortés de su mano derecha, diciendo en excelente inglés, aunque con un extraño acento:—¡Bienvenido a mi casa! ¡Entre libremente y por su propia voluntad!»

Reino de Cordelia nos trae esta fantástica edición ilustrada del Drácula de Bram Stoker, la novela que renovó el mito del vampiro por Fernando Vicente. En base a la traducción de Juan Antonio Molina Foix, ofrece un detallado repaso a la acción y los personajes del clásico de Stoker, sin olvidar los inquietantes paisajes ni el áurea terrorífico que rodea la obra.


«Ahora soy un hombre muy viejo, y esto es algo que me ocurrió cuando era muy joven, con sólo nueve años. Fue en 1914, el verano después de que mi hermano Dan muriera en un prado y tres años antes de que Estados Unidos entrara en la Primera Guerra Mundial. Nunca le he contado a nadie lo que ocurrió en la bifurcación del río aquel día, y nunca lo haré… al menos de palabra. Sin embargo, he decidido escribirlo en este libro que dejaré en la mesilla junto a mi cama. No puedo escribir de corrido, porque ahora las manos me tiemblan terriblemente y apenas tengo fuerzas, pero no creo que me lleve mucho tiempo».

Gary, el protagonista de «El hombre del traje negro», recuerda con miedo, cuando siendo niño tuvo un encuentro con un hombre de ojos anaranjados y vestido con un traje negro de tres piezas que le causó horror y le dijo cosas terribles. Esta experiencia le marcará toda la vida y ya en el ocaso de la misma la recordará con el temor de volver a reencontrarse con él. La aceptación del miedo y cómo vivir haciéndole frente es uno de los temas centrales de este sorberbio relato de Stephen King que fue ganador, en 1995, del prestigio premio O.Henry en Estados Unidos. Ahora ilustrado por la flamante premio nacional de ilustración Ana Juan.


«Al Oeste de Arkham las colinas se yerguen selváticas, y hay valles con profundos bosques en los cuales no ha resonado nunca el ruido de un hacha. Hay angostas y oscuras cañadas donde los árboles se inclinan fantásticamente, y donde discurren estrechos arroyuelos que nunca han captado el reflejo de la luz del sol.»

Para H. P. Lovecraft El color que cayó del espacio era su mejor obra. Como todo lo que escribió, se trata de una novela corta. Es, con toda seguridad, el mejor exponente de su pensamiento. La acción tiene lugar en esa zona creada por Lovecraft y venerada por la cultura popular: Arkham, una ficticia área rural de Massachusetts. Como maestro indiscutible de la literatura fantástica, Lovecraft quiso crear un nuevo arquetipo de monstruo y lo hizo: convirtió un color indefinido en objeto de un terror incomprensible. Además, sabe meternos en la piel de esa casta de puritanos subdesarrollados y hace que percibamos el hedor que rodea esos bosques que «jamás han sentido el hacha del hombre».


«La semana pasada se reunió la camarilla en casa del nuncio para tratar el asunto de los fantasmas de Gesualdo y allí acudió con mucho secreto la habitual caterva de hombres ensotanados, todos de aspecto sombrío, mirada siniestra y rostro verdusco…Según ya nos constaba, parece negocio sucio, con brujas, demonios y aparecidos, y por tanto caso espiritual y para la jurisdicción de Su Santidad, ya a través de su Inquisición, ya de los tribunales del obispo de Sant’Angelo o el arzobispo de Nápoles.»

El caballero Gesualdo, de Antonio Sánchez Jiménez

La noche del 29 de octubre de 1590, Carlo Gesualdo, príncipe de Venosa, irrumpe armado en la habitación de su esposa. En pocos minutos, la degüella y acaba también con el duque de Andria, al sorprenderlos a ambos desnudos en el mismo lecho. Veintitrés años después, ya en su vejez, Gesualdo es denunciado ante el virrey de Nápoles por sus contactos con fantasmas, brujerías y las extrañas penitencias a las que se somete.


Los malvados y los malditos

Tras aparecer en circunstancias misteriosas, tres extraños se encuentran en las brumas de un cementerio desolado. A medida que relatan sus historias, los hilos del destino se dibujan a su alrededor … Terror clásico compuesto por tres relatos de Warhammer, cada uno con sus propios rasgos distintivos: una historia de fantasmas, una saga de monstruos y un relato de terror psicológico, enlazados a través de una historia aterradora.


A comienzos de 1889, mientras en Londres se desataba la cacería del misterioso Jack el Destripador, en nuestro país se vivió una increíble oleada de pánico que hizo creer que este, tras huir del cerco policial de Scotland Yard, se escondía en Barcelona, La Coruña, Orense, Ferrol, Murcia, Almería, Huelva, Valencia, Málaga, Alcoy o Madrid. El asesino respondía al nombre de Jaime, Juan, un catalanizado e hilarante Jaume o Jaime «El Gaitero». En Madrid el pánico adquirió mayores dimensiones. Hubo persecuciones, linchamientos y, durante semanas, los niños no fueron a la escuela por temor al famoso asesino. La Felguera nos ofrece la documentación de estos sucesos en un espectacular estuche a todo color dedicado a JACK EL DESTRIPADOR EN ESPAÑA con un gigantesco desplegable, un cuaderno de 32 pag de Servando Rocha y un póster de Aitor Saraiba.


Estos son algunos de los títulos seleccionados este año pero tenemos más en librería y también algunos de los reseñados en otras ocasiones como los que aparecen en Clásicos del terror I y Clásicos del terror II