Pocos guitarristas han tocado el blues, el folk y el rock con la exacta dosis de pasión y técnica como el irlandés Rory Gallagher (1948-1995), fundador del espectacular power trío Taste en la década de los sesenta y solista de vasta trayectoria a partir de la década del setenta, con más de 30 millones de álbumes vendidos e infinitas giras realizadas por todo el mundo. Su entrega sobre un escenario, integridad hacía su música y el legado de una excelente obra grabada (veinte discos como solista y cuatro con Taste) han hecho de Rory una figura legendaria que aún no ha recibido por parte de los medios el reconocimiento y lugar que merece.

Fue un verdadero «Héroe» lleno de paradojas: humilde y tranquilo en su vida privada y una verdadera fiera sobre el escenario, alguien que nunca hizo la menor concesión para tener éxito comercial y que llegó a vender más de 20 millones de discos durante su carrera, sin prensa o campaña alguna. Un tipo auténtico, único: gran compositor, emotivo cantante y uno de los mejores guitarristas de la historia, sin duda alguna.

Al preguntarle a Jimmy Hendrix lo que se sentía al ser el mejor guitarrista del mundo respondió: “No tengo ni idea, pregúntale a Rory”.

 

A comienzos de 1991, el mánager musical Danny Goldberg aceptó hacerse cargo de Nirvana, uno de los muchos grupos de rock de la escena musical «underground» de Seattle. En ese momento, Danny no tenía ni idea de que el líder de la banda, Kurt Cobain, se convertiría en un icono de la cultura popular con un legado a la altura del de John Lennon o Elvis Presley.
Danny trabajó con Kurt entre 1990 y 1994, los últimos cuatro años de vida del cantante. Fue testigo del éxito estratosférico de «Nevermind», que convirtió a Nirvana en la banda de rock más célebre del momento; asistió al encuentro y posterior boda de Kurt con la inestable pero brillante Courtney Love; al nacimiento de su hija, Frances Bean y, finalmente, a la lucha de Kurt contra la adicción a la heroína, que acabó en un devastador suicidio.
Danny Goldberg ofrece en «Recordando a Kurt Cobain» un retrato del líder de Nirvana único e incomparable, solo al alcance de alguien que lo trató como productor, compañero y amigo íntimo. Goldberg resucita recuerdos no publicados hasta la fecha, indaga en sus archivos personales y recupera entrevistas a familiares, amigos y compañeros de banda, para explorar la inmensa creatividad y brillantez que Kurt Cobain proyectó sobre su música, la increíble mezcla de compasión, rebeldía, feminismo y ambición que reunía, y el legado que forjó con su particular visión del punk-rock.

 

 


Toteking, leyenda viva del rap español, pero sobre todo lector incansable, escribe: «Viajar a tus recuerdos es buscar pelea». Y lo hace. Sin miedo. La figura de un padre que lo inicia en la lectura, los primeros mates en la cancha pública y la vocación insobornable de la rima perfecta, la honestidad a tumba abierta, la necesidad de rodearte de tres (cuatro, a lo sumo) personas que te quieren, la esclavitud de tener que vivir para contarlo en canciones y en cuentos. La obligación de encerrarte en un búnker para gritar todo lo que odias de la vida. También lo que te hace seguir vivo.