Mucha más poesía en abril, el pasado día 9 conmemoramos el bicentenario del nacimiento de Charles Baudelaire que Nórdica celebra con una magnífica edición de Las flores del mal. Tenemos ya disponible Noche fiel y virtuosa, lo nuevo de Louise Gluck y los últimos premios Loewe Diego Doncel con La fragilidad y Mario Obrero con PeachTree City (Premio Loewe Creación Joven). Además tenéis también disponible Versos de guerra, mar y hampa de José Del Río Sainz, un antología del santanderino desde 1912 a 1953 editada por Renacimiento y la Fundación Gerardo Diego.
Con frecuencia me asomo a un balcón que mira tentando
la memoria que se recuerda al retornar; figurada, pero no
caprichosa, y tampoco falsa. El mar siempre hipnotiza.
Movimiento de superficie e incierta oscuridad de fondo.
La castreña Ana García Negrete que estará con nosotros presentando El Balcón esta tarde, podréis seguir la presentación por Facebook a partir de las 19:50.
Después de casi cinco años de silencio poético, Ana García Negrete nos ofrece en su último libro, El balcón, una colección de poemas de una intensidad inesperada, marcados por profundas reflexiones sobre el paso del tiempo, mezclando poemas en prosa con versificación tradicional, formando un todo unitario que la confirma como una de las voces imprescindibles del panorama poético nacional.
Otra poeta castreña, Dolores Conquero, saca su nuevo poemario el día 19,
Antes de despertar, el primer poemario que publica Dolores Conquero (quien, sin embargo, no es nueva en la poesía, pues en el pasado fue premiada por José Hierro y Claudio Rodríguez), se articula en torno al tema del maltrato, muy poco transitado en la poesía española. Del maltrato psicológico, para ser más exactos. La dependencia, el autoengaño, el sueño de la familia perfecta o las constantes contradicciones en que incurre la mujer durante su relación, son algunos de los temas que Conquero aborda en este libro rotundo e inclasificable. A lo largo de dieciocho poemas, el yo confesional —que no biográfico— analiza las trampas psicológicas que están detrás de este problema, así como los continuos tiras y aflojas del proceso de liberación, sobre el cual sobrevuela, cual losa, el recuerdo del pasado feliz. Pero, con ser esto importante y novedoso —aquí no hay golpes ni violencia, todo es más sutil— lo verdaderamente destacable de Antes de despertar son las reflexiones —valientes, insólitas— que se hace la narradora. Unas reflexiones que, como dice la poeta Verónica Aranda en la introducción, tienen más que ver con las complejidades y los abismos de la mente. ¿En qué piensa un ser humano acorralado?, ¿desea morir?, ¿desea matar?, ¿qué ocurre dentro de alguien cuando descubre su lado menos amable? Con un lenguaje claro, que combina equilibradamente lirismo y coloquialismo, la autora da voz a las víctimas y no evita absolutamente nada.
EL DESCONOCIDO
Eran tus mismas manos
pero, qué poco
de aquellas amables, casi mías.
Eran tus mismas proporciones:
idéntico vaquero
cubriendo la piel
que un día creí sin aristas
sin grandes fisuras.
Eras tú. Eso decían
llaves y documentos.
Desde papeles y fotografías
me mirabas también, y ahí estaban
los ojos largamente amados
la paz apresada
en imágenes de 13 x 15 centímetros.
Eras tú. Pero te retorcías
con movimientos jamás sospechados.
Los gritos
habían sustituido a las palabras
y esa voz, la misma
de la que conocía todas las inflexiones,
me increpaba ahora.
Eras tú, pero ¿dónde estaba
aquel que conoció mi amor
y un día me hizo eterna?
¿En la mirada amenazante?
¿En los ojos salidos de las órbitas?
No, ese desconocido no podías ser tú,
pero entonces ¿quién eras?