Turín, 1957. Adelina tiene catorce años y vive con su tía Amalia. Entre los pupitres del colegio, la muchacha es el hazmerreír de la clase: a su edad no parece capaz de recordar las lecciones. Su severo profesor no le da tregua y decide que la ayude en el estudio Luisella, su brillante compañera. Si Adelina empieza a ir mejor en el colegio no será gracias a la ayuda de su amiga, sino a un don extraordinario del que parece estar dotada: la capacidad de leer con el olfato. Este talento representa, no obstante, una amenaza: el padre de Luisella, un notario implicado en negocios no del todo claros, intentará utilizarla para descifrar el célebre manuscrito Voynich, el códice más misterioso del mundo.

 

 

Monsieur Picquier siempre dice que un día sin haber leído es un día perdido. Sin embargo, desde que tuvo que vender su querida librería para instalarse en una residencia, los libros no se han movido de los estantes de su habitación. Grégoire, un joven poco amante de los estudios que acaba de dejar el instituto para trabajar en la cocina de la residencia, no lo ha visto nunca leer. Entonces, ¿a qué viene esa obsesión con los libros? Con el paso de los días, Grégoire descubrirá que el librero se ha quedado ciego. No puede leer, así que el joven empezará a hacerlo por él, y pronto un nuevo mundo se revelará ante sus ojos. Un homenaje a la literatura y a la amistad que encierra el nacimiento de un lector, la emancipación de un joven y la felicidad reencontrada de un verdadero contador de historias.

 

«Una deliciosa novela… Una especie de thriller romántico plagado de libros, de trampas, de sorpresas y recorrido por una profunda melancolía, como todos los libros de su autor.»
Isabel Coixet

En Crozon (Bretaña), un bibliotecario decide albergar todos los manuscritos que han sido rechazados por los editores. Estando de vacaciones en la localidad bretona, una joven editora y su marido escritor visitan la biblioteca de los libros rechazados y encuentran en ella una obra maestra: Las últimas horas de una historia de amor, novela escrita por un tal Henri Pick, fallecido dos años antes. Pick regentaba, junto a su viuda Madeleine, una pizzería, y según ella nunca leyó un solo libro y mucho menos escribió nada que no fuera la lista de la compra. ¿Tenía el autor una vida secreta? Rodeado de un gran misterio, el libro triunfa en las librerías, provoca efectos sorprendentes en el mundo editorial y cambia el destino de muchas personas, especialmente el de Jean-Michel Rouche, un periodista obstinado que duda de la versión oficial de los hechos. ¿Y si esta publicación no es más que un cuidado plan de marketing?

 

Ficción novelada

La historia de cualquier incendio es la historia de un olvido, por eso casi nadie recuerda lo que ocurrió el 29 de abril de 1986. Aquel día la Biblioteca Pública de Los Ángeles amaneció consumida por el fuego, cuatrocientos mil libros se convirtieron en cenizas y otros setecientos mil quedaron irremediablemente dañados. Siete horas ardieron las estanterías y las mesas y los ficheros, pero ningún periódico cubrió la noticia porque al otro lado del mundo, entre los bosques densos de la Unión Soviética, ocurría el mayor accidente nuclear hasta la fecha: Chernóbil.


¿Quién querría quemar una biblioteca? ¿Por qué? Susan Orlean se hizo esas dos preguntas y al poco tiempo entendió que el fuego sería apenas un rastro, una línea punteada sobre la que dibujar su personalísima visión del conocimiento y de las personas que creen en él. La biblioteca en llamas es un homenaje a la lectura y el relato de una periodista obsesionada por encontrar al culpable de un crimen contra la memoria. Una investigación que se extendió más de una década y que a cambio nos revela personajes desopilantes, inverosímiles y tiernos.

http://lapiedradesisifo.com/2020/03/13/la-biblioteca-en-llamas-de-susan-orlean/

https://blogs.elconfidencial.com/cultura/el-erizo-y-el-zorro/2019-09-03/susan-orlean-la-biblioteca-en-llamas-harry-peak_2205447/