«Poderosa e intensa. Un testimonio sobre la familia, el coraje y el trabajo duro. Una notable adición a la literatura obrera. Puede que no sea el primer libro escrito por un bombero, pero es uno de los mejores.»
Kirkus Review

El 6 de enero de 1990, tras dieciséis años de servicio, Larry Brown dejó el Cuerpo de Bomberos de Oxford, Mississippi, para intentar vivir de la literatura. Sobre el fuego es la crónica de aquellos años. El testimonio de un hombre enfrentado día a día a la muerte que empieza a sentir el deseo abrasador de escribir sobre la vida. En sus páginas se suceden los incendios desconcertantes y los accidentes de tráfico. Hay sangre y llamas. Valor y camaradería. Pero también hay barbacoas y discusiones familiares, paseos por la casa de Faulkner, empleos adicionales, bares, facturas por pagar, jornadas de caza y pesca más o menos memorables, niños que alimentar y batallas sin tregua con arañas, ratones, coyotes, conejos, suegras y garrapatas. 

Dwight Warner, editor y crítico del New York Times, afirma que esta obra tendría que incorporar una advertencia: Sobre el fuego hará que quieras volver a fumar. Hará que quieras beber cerveza (muchas cervezas) mientras conduces tranquilamente por carreteras secundarias, contemplando el horizonte bajo la última luz de la tarde, escuchando a Otis Redding, a ZZ Top o a Leonard Cohen. Es un libro sucio y divertido. «Uno de los mejores libros que conozco sobre las recompensas y las frustraciones de la clase trabajadora estadounidense, si este libro fuese un restaurante, iría a comer todos los días».

 

 

Enormes incendios han devastado amplias áreas del mundo en los últimos años, y se prevé que seguirá ocurriendo lo mismo como resultado del cambio climático. Pero esto no es nada nuevo. Desde los albores de la vida en la Tierra, los incendios a gran escala han desempeñado un papel importante en su configuración.

Andrew C. Scott cuenta toda la historia del impacto del fuego en la atmósfera, el clima, la vegetación, la ecología y la evolución de la vida animal y vegetal de nuestro planeta. Ha provocado extinciones masivas y ha impulsado la propagación de plantas y flores. Las pruebas de todo ello se han conservado en forma de carbón fósil, que se ha encontrado en rocas de hace cientos de millones de años en todo el mundo. Estos restos revelan detalles increíblemente pormenorizados de plantas prehistóricas, y nos hablan sobre los climas que se han sucedido a lo largo de la historia de la Tierra.También nos dan una idea de cómo los primeros homínidos y humanos domesticaron y usaron el fuego.

Al observar el impacto de los incendios hoy, Scott desea fervientemente que podamos manejarlos mejor en el futuro, ya que los efectos del cambio climático serán cada vez mayores en nuestro mundo.

 

 

Hace ya medio siglo desde que Wendell Berry decidió renunciar a su plaza como profesor en la Universidad de Nueva York para volver a su Kentucky natal. Sus colegas académicos lo miraron horrorizados cuando les comunicó su decisión, y trataron de disuadirle al ver cómo uno de los pensadores y escritores más lúcidos de su generación se iba a vivir a unos pastizales. ¿Qué se supone que vas a hacer allí, Wendell?

Berry se fue al agreste Kentucky a trabajar y habitar unas pocas hectáreas, y a formular desde aquella supuesta periferia su pensamiento, vinculado de forma íntima y cotidiana con la tierra y con su defensa. El tiempo parece haberle dado la razón. Filósofo, novelista, poeta y campesino, es una figura absolutamente referencial en Estados Unidos, a la manera de una conciencia ecológica del país que parece hablar con la sabiduría, la calma y la lucidez imprescindibles para enfrentarnos a un tiempo marcado por el ecocidio. Berry desafía las categorías ideológicas tradicionales: las nociones asumidas de activismo y movimiento social, la eficacia misma de la política a escala nacional y global. Hacia la derecha, denuncia el poder de las empresas y del capital que devora la naturaleza; hacia la izquierda, critica el individualismo desarraigado que privilegia la movilidad y el cosmopolitismo en detrimento de lo rural.

En este conjunto de ensayos, Berry nos habla de autosuficiencia (material, pero también moral), de las luchas en defensa de la cultura local, de la sobriedad feliz, del placer del trabajo de la tierra, de su rechazo absoluto a cualquier noción de progreso, del abandono de la arrogancia, de la recuperación del asombro frente a la naturaleza.

Su fórmula para una buena vida es sencilla, y afortunadamente no pretende ser original: ve más despacio, presta atención, realiza acciones y produce cosas que merezcan la pena, quiere a tus vecinos, ama tu hogar, no te alejes demasiado de él, confórmate con menos, disfrútalo más.