Voces que cuentan

Tras una preciosa ilustración de cubierta de Esther Gili donde se evoca la ensoñación y la creatividad, hay nueve historias cortas que no dejarán a nadie indiferente. Son relatos que hablan sobre un padre feminista; sobre lo ridículas que se ven nuestras asociaciones de lo masculino y lo femenino cuando estas se invierten durante un día; sobre cómo la anorexia fue el síndrome de la impostora original; sobre cómo las mujeres, incluso cuando son mayoría, se silencian a ellas mismas; sobre una canción que en su soledad habla y reúne a todas las mujeres de la historia; sobre cómo el compartir una tarta en un café puede ser un lugar de confesiones; sobre cómo la vida de tus antepasadas te ha formado como eres hoy; sobre cómo un momento compartido entre madre e hija se convierte en la semilla de lo que será tu obra, y sobre usar la valentía y el coraje para hacer aquello que todo el mundo te dice que no puedes hacer solo por ser quien eres.

Todas estas historias forman Voces que cuentan en los siguientes relatos:



“Julio”, por Julia Otero (Julia en la Onda) y Ada Diez (Hits With Tits)

“24 horas”, por Lola García (La Vanguardia) y Agustina Guerrero (La Volátil)

“El bicho”, por Diana López Varela (No es país para coños) y Akira Pantsu (Planeta Manga)

“Auctoritas”, por Estefanía Molina (La Sexta Noche, Al rojo vivo) y Ana Oncina (Los f*cking 30)

“Soledad”, por Eva Amaral (Salto al Color) y María Hesse (Frida Kahlo, Bowie, El placer)

“Más mujer”, por Leticia Dolera (Morder la manzana) y Raquel Riba Rossy (Lola Vendetta)

“Pasos de tortuga”, de Sandra Sabatés (El intermedio) y Sandra Cardona (Bouillon)

“Por una falda de plátanos”, de Almudena Grandes (Los besos en el pan) y Sara Herranz (La persona incorrecta)

“Mzungu”, de Patricia Campos (Tierra, mar y aire) y Sara Soler (En la oscuridad)

 

 

 

Teoría de la extrañeza

Ada, una treintañera que atraviesa una crisis de identidad, no se siente muy feliz trabajando en el excentrico Instituto de Estudios Humanos Interdisciplinarios. La desilución la lleva a distraerse observando detalles menores de comportamiento, que presentan patrones de regularidad e interdependencia, fenómeno que bautiza como Teoría de la extrañeza. La búsqueda del hijo perdido de un compañero de trabajo la empuja a un nuevo camino, y su vida ordenada y predecible toma de repente un giro inesperado.

En esta ambiciosa novela, premiada en la República Checa a la mejor novela de 2019, confluyen teorías y estudios dibujados con tintes de realismo mágico, y se despliegan grandes dosis de humor, algo de suspense y misterio, romance, espiritualidad, historia y filosofía. Un universo donde destaca de forma evidente una subyacente sátira social desde una visión feminista de la realidad europea.

 

 

Temporada de Rosas

Un alegato contra las injusticias; y una defensa firme por la igualdad de hombres y mujeres en el deporte. Una lectura amena y fresca, especialmente indicada para un público adolescente.

Este año Bárbara tiene que estudiar para la selectividad. Pero lo que le remueve las entrañas es el fútbol. Bárbara es la capitana de las Rosas, el equipo femenino del club de su ciudad y, esta temporada, ella y sus compañeras tienen hambre de victoria. Sin embargo, a pesar de los duros entrenamientos, el club local se queda sin subvenciones y decide favorecer al equipo masculino para llevarlo al campeonato. Las jugadoras deberán elevar su voz para luchar contra la injusticia…

Chloé Wary se inspira en su adolescencia en los suburbios de París, así como en su experiencia como jugadora en el club de su ciudad natal para contar la pelea de las Rosas: “Bárbara no es una víctima para nada, como se suele imaginar a las chicas que viven en el extrarradio –afirma–. Ella y sus amigas encarnan una feminidad fuerte, potente y asumida. La droga y la violencia existen, pero, a pesar de los clichés, una puede vivir ajena a ello. Nosotras en el barrio no nos escondíamos en las sombras, ¡la calle era nuestra!”.

Temporada de Rosas, íntegramente dibujado con rotuladores de colores, recibió el Premio del Público en el Festival de Cómic de Angoulême 2020 y el Premio Artemisia de creación femenina 2020 en la categoría emancipación.