31 Oct Halloween 2020 – Terror ilustrado
Terminamos hoy, vispera de Todos los Santos, noche de Halloween, víspera del Día de Muertos, según culturas y tradiciones sobre las que escribimos hace un año en Calabazas, con algunas recomendaciones más como son las joyas que reseñamos a continuación. Podríamos incluir también el Fausto de Goethe ilustrado por Harry Clarke y los Drácula y Dr. Jekill y Mr. Hyde ilustrados por Scafati y maravillosamente editados por Libros del Zorro Rojo, ya disponibles en la librería y a la mayor brevedad a través de la web.
Carmilla
Aislada en el viejo y austero castillo de su anciano padre en Styria, Laura sueña con tener compañía y amistad. Las circunstancias hacen que su padre ofrezca hospedaje a una viajera misteriosa que podría ser la amiga que Laura necesita. Sin embargo, la atracción y el miedo se confunden en el corazón de la joven cuando descubre el rostro de su huésped: este se corresponde con la imagen de una aparición que la impactó en su infancia, a los seis años.
Carmilla, el texto gótico que Joseph Sheridan Le Fanu publicó en 1872, precursor de otros clásicos como Drácula, de Bram Stoker, recibe un nuevo tratamiento ilustrado: los dibujos de Ana Juan, cuyos delicados trazos en blanco y negro acompañan a la clásica historia vampírica.
Ethel Frost
Bajo la hojarasca del tiempo yace un dolor que no encuentra consuelo. Los recuerdos acechan sepultados en una tierra moribunda que alberga un hálito de vida con el que intentará hacerse escuchar. Pero la salvación requiere exhumar las sombras del pasado para elevar el espíritu por encima de sus heridas y renacer ante la luz de un nuevo amanecer. El bosque anhela invocar a la musa de sus sueños; teje su corona mientras espera el reencuentro.
Victoria Francés (Favole) con uno de sus libros más ambiciosos. Una historia de brujería y redención narrada con una preciosa prosa poética e ilustrada por una Victoria Francés en estado de gracia.
La extraordinaria familia Appenzell
Los Appenzell, una rica familia de banqueros, han vivido rodeados de lujo y de belleza hasta que el nacimiento del pequeño Charles parece cambiar su destino. Contra el consejo de todos, Charles se casará con Bérénice, una mujer jirafa que conoce en un espectáculo. La enamorada pareja formará una gran familia constituida por individuos físicamente singulares (siamesas, seres de un solo ojo como cíclopes, sirenas…), aunque dotados de un alma especial. Los Appenzell sufrirán el rechazo de la sociedad, la crisis económica de principios del siglo XX y la persecución nazi. Uno de sus miembros, Victoria, nos cuenta la historia de esta peculiar familia. Un conmovedor relato, con tintes de humor, que reivindica los derechos de quienes son «diferentes» frente a los prejuicios y la presión de la sociedad imperante.
El libro victoriano de la sangre
Estamos ante un intrincado y espectacular libro iluminado, en edición facsímil en tapa dura, repleto de imágenes de ángeles, serpientes, templarios o crucifixiones junto a cientos de citas bíblicas —muchas de ellas del Apocalipsis— y fragmentos de poemas de Shakespeare, Wordsworth o Dante, entre otros. Su autor, John Bingley Garland, realizó 41 espectaculares láminas de una apabullante belleza que eran un regalo para cuando su hija Amy se hiciese mayor y abandonase el hogar familiar. Su objetivo era mostrarle cómo era el mundo, tanto el visible como el invisible, a través de un increíble scrapbook que, a mediados del pasado siglo, llegó a manos de un conocido coleccionista de libros extraños.
Traducción magistral de Javier Calvo y edición facsímil.
Sombras
Un desván oscuro llenos de objetos. La luz de una bombilla. Una niña con una gran imaginación. Con estos simples elementos Suzy Lee celebra la alegría del juego creativo y el poder de la imaginación.
Una aventura que empieza y termina con el ¡clic! de una bombilla.
La parte más exigente del proceso creativo de los álbumes ilustrados mudos es la de guiar a los lectores y a la vez dejar abiertas todas las posibilidades para que puedan experimentar diferentes emociones al leerlo. Un buen álbum ilustrado deja espacio para la imaginación del lector, mientras que un mal álbum ilustrado no deja espacio, sino que lo llena por completo con las imágenes de un artista poco imaginativo.