Clara Campoamor. Del foro al parlamento. Artículos periodísticos. 1925-1934

Tras La forja de una feminista (2019), donde se recogían los artículos periodísticos escritos por Clara Campoamor entre los años 1920 y 1921, los investigadores Isabel Lizarraga y Juan Aguilera han recopilado 70 artículos periodísticos que la sufragista española escribió de 1925 a 1934.

Esta nueva serie de artículos, reunidos íntegramente por primera vez, abarca nueve años de su vida, los más trascendentales en el orden personal y profesional de la autora, en un momento histórico y político clave para la España del siglo XX. En ellos se advierte la evolución de Clara Campoamor, su madurez como jurista y como política, así como la complejidad de su pensamiento y su espíritu irreductible, su feminismo en acción.

Clara Campoamor (Madrid, 1888-Lausanne, 1972) fue una figura esencial de la política y del feminismo español del siglo XX. Su trayectoria vital y su lucha incesante por la emancipación de la mujer, por la libertad, la democracia y la justicia, por los derechos irrenunciables del ser humano, continúan siendo un referente ineludible. Conocida sobre todo por su apasionada defensa del voto femenino en las Cortes Constituyentes de la Segunda República, fue también una de las fundadoras del Lyceum Club, presidenta de la Asociación Universitaria Femenina e impulsora de la Liga Femenina Española por la Paz. Profesora y periodista, destacó públicamente en su carrera como jurista, pionera en España. Ocupó diversos cargos representativos durante la Segunda República, pero su independencia la apartó de los partidos en que militó. Reflejó su pensamiento político en libros como El voto femenino y yo. Mi pecado mortal (1936) y La revolución española vista por una republicana, escrito ya en el exilio, del que nunca pudo volver.

 

Mary Wollstonecraft pionera feminista

Pionera feminista que revolucionó con su reivindicación de los derechos de las mujeres a una sociedad que las condenaba a ser ciudadanas de segunda clase. A través de una revisión teórica de su vida y obra, se visibilizan los aportes que efectuó a la historia del feminismo actual. Wollstonecraft no solo se ciñó a aspectos concretos discriminatorios para las mujeres, sino que abordó la desigualdad sufrida de una manera global y que repercutía en todos los aspectos de la vida pública y privada de las mismas. De manera cronológica, se detalla su vida como una referencia básica para entender la configuración de la personalidad de la autora y se recorren las diferentes teorías feministas y las mujeres más relevantes que han impulsado su origen y desarrollo.

Con la lectura de esta obra, lectores y lectoras podrán conocer las influencias intelectuales y afectivas que a Wollstonecraft le imprimieron ese carácter precursor de las teorías sobre género actuales, lo cual no le ha sido reconocido hasta dos siglos más tarde.

 

Emilia Pardo Bazán La luz en la batalla

Un clásico en los estudios biográficos sobre Emilia Pardo Bazán, en su día La luz en la batalla acercó al lector no sólo la imagen más íntima de la escritora, mal conocida y envuelta en tópicos trasnochados, sino también su propia voz. La biografía descubrió así la peripecia vital de una mujer cuya voluntad de ser ella misma resultaba casi intolerable para los cánones sociales y artísticos masculinos, dominantes en su época. Hoy, totalmente revisada y cuidadosamente actualizada, La luz en la batalla nos trae de nuevo a una Pardo Bazán de cuerpo entero en toda su rica y paradójica complejidad: a la maestra de la creación literaria, a la polifacética dramaturga, ensayista y articulista, a la traductora, a la incisiva crítica y a la autora de libros de viajes… Y, sobre todo, a la mujer que eligió defender su derecho a ocupar un lugar en el mundo. Un perfil único en la España de su tiempo.

Artículo sobre el libro en Revista de Libros

 

«Solo hay una cosa que hace un sexo solo: alumbrar, las demás las hacemos todos en común»

Clara Campoamor nació en Madrid el 12 de febrero de 1888, su madre, Pilar Rodriguez, era costurera y su padre, Manuel Campoamor, nació en Santoña en 1855 y era contable en un periódico. Su abuela paterna, Nicolasa Martínez, era natural de Argoños.

Abogada, escritora y política fue una de las principales impulsoras del sufragio femenino en España, que se logró en 1931,  y por primera vez fue ejercido por las mujeres en las elecciones de 1933. Murió exiliada en Suiza el 30 de abril de 1972 tras haberse visto obligada a huir de España a causa de la Guerra.

Con 32 años se matricula en la Facultad de Derecho, en un tiempo en que la presencia de la mujer en la Universidad era mirada con recelo. Finaliza la carrera en dos años, convirtiéndose a partir de 1925 en una de las primeras mujeres abogadas ejercientes en España.

Electa para Cortes Constituyentes en junio de 1931 por la Coalición Republicano-Socialista es una de las tres mujeres que ocupan escaño  en este periodo legislativo.

Defiende en Cortes el sufragio femenino compartiendo protagonismo con Victoria Kent (Izquierda Republicana). Ambas apoyaron posturas opuestas en el debate, que el 1 de octubre de 1931 acabó con la aprobación del sufragio femenino por 161 votos a favor y 121 en contra. Lo apoyaron el Partido Socialista, con señaladas excepciones, como la de Indalecio Prieto; la derecha y pequeños núcleos republicanos. Votaron en contra el propio grupo de Campoamor, los radicales socialistas y Acción Republicana.

Tras la votación el artículo 36 de la Constitución de 1931 establecía que «los ciudadanos de uno y otro sexo, mayores de 23 años, tendrán los mismos derechos electorales conforme determinen las leyes» haciendo de España una nación pionera en la consagración de este derecho.

La ley de reconocimiento de la paternidad ilegítima también es otra de sus obras y defiende el derecho al divorcio tramitando algunos  de los primeros que se conceden en el país algunos de ellos muy sonados como el de la escritora cántabra Concha Espina, católica que llevaba más de veinte años separada de su marido, y el de Josefina Blanco, casada con Valle-Inclán

«No podéis venir aquí vosotros a legislar ,a votar impuestos, a dictar deberes, a legislar sobre la raza humana, sobre la mujer y sobre el hijo, aislados, fuera de nosotras»




La apasionada y brillante campaña de Clara Campoamor  a favor del derecho de la mujer al voto,  logró que el sufragio universal se implantara en España a partir de 1931. Pero esa victoria tuvo como precio el progresivo aislamiento de Clara Campoamor en la escena política española de la Segunda República. A partir de 1934, año el que abandona el partido Radical y le deniegan la entrada en Izquierda Republicana, Campoamor se convierte en una republicana sin partido. El voto femenino y yo: mi pecado mortal (1935) es un ajustado relato de defensa de su actuación y de su lucha a favor de los derechos de la mujer, pero también de su soledad política; soledad que no la abandonaría ya nunca y que habría de continuar durante la guerra civil y su posterior exilio en Argentina y Suiza.

La primavera de 1936 sorprendió a Clara en Madrid, donde asistió a los prolegómenos de la Revolución y, ya en verano, al estallido de la guerra civil. Campoamor, temiendo por su vida, tuvo que huir de la zona republicana en el otoño de 1936, y se instaló en Suiza. A finales de aquel año había redactado el cuerpo principal de su más conocido libro La revolución española vista por una republicana, que se publicó en francés, en 1937, y que puede encontrarse también en el catálogo de Espuela de Plata, donde se ha reeditado varias veces. Esta obra, originalísima, no se limita a reflejar el terror vivido en Madrid durante los primeros meses de la guerra, sino que constituye un clarividente análisis de los orígenes de la guerra, así como de las previsibles dificultades que nacerían de la victoria de cualquiera de los contendientes.


«¿Y yo qué soy? Soy demócrata, feminista y pacifista»


Política republicana y abogada, fue la primera mujer en España en defender casos ante los tribunales y en acceder al Congreso de los Diputados. A ella le debemos la ley del divorcio y el verdadero sufragio universal. Mujer hecha a sí misma se elevó desde las capas más humildes de la sociedad. Su tenacidad, inteligencia e historia personal, la convierten en un ejemplo de superación.