En 1968 fue uno de los miembros fundadores de Black Sabbath, uno de los grupos de música más influyentes de la historia.
En 1980 emprendió una exitosa carrera en solitario que le convirtió en uno de los artistas más vendidos de los ochenta.
En 2002 protagonizó para MTV la serie televisiva «The Osbournes», que terminó de cimentar su posición como el artista de heavy metal más reconocible del mundo.
A estas alturas, Ozzy lo ha visto todo y ha hecho de todo.
«La gente me pregunta por qué sigo vivo», confiesa, «y no sé qué responderles.
Ingerí combinaciones letales de alcohol y drogas durante treinta años.
Sobreviví al impacto directo con un avión, sobredosis suicidas, enfermedades venéreas.
Pero aquí estoy, dispuesto a contar mi historia con mis propias palabras, por primera vez.
Gran parte de la misma no será agradable.
En mis tiempos hice bastantes barbaridades.
Siempre me he sentido atraído por el lado oscuro, pero no soy el diablo.
Sólo soy John Osbourne, un chaval de clase obrera de Aston que un buen día se despidió de la fábrica para salir a pasárselo bien».