Pocos podían imaginarse que el pequeño campo de hierba, cercano a la montaña del Púlpito, y su primigenia terminal de pasajeros, símbolo de la arquitectura aeroportuaria de los años cuarenta, diese paso un día a las modernas instalaciones del actual aeropuerto de Los Rodeos en Tenerife Norte.
Pero en todo este tiempo transcurrido muchos fueron los pasajeros de todo el mundo que, atraídos por la belleza de la isla y auspiciados por el auge de las compañías chárter, hicieron de este aeropuerto el punto de llegada para su turismo vacacional y fueron, por tanto, testigo de sus transformaciones.
Sería en los años ochenta cuando el Aeropuerto de Los Rodeos pasó a afianzarse como nudo vertebrador del cada día más importante transporte aéreo interinsular.
Este desarrollo del tráfico y el deseo creciente de las compañías aéreas por operar en este aeropuerto motivó la decisión de Aena de ampliar las instalaciones y la construcción de una nueva área terminal, cuyo edificio referente de la arquitectura contemporánea, se ha convertido en un aliado del desarrollo turístico de la isla.
Tras una historia no exenta de momentos difíciles -especialmente en sus inicios y por la climatología de la isla-, el esfuerzo de los tinerfeños, -y sobre todo de las personas que desde hace más de setenta años han trabajado en este aeropuerto- ha posibilitado que hoy día sus instalaciones estén a la altura de las necesidades de la isla y le permitan ser un centro de conexión con las principales ciudades europeas y americanas, así como tener un importante papel en el concierto aéreo interinsular.
Toda una evolución, plasmada en imágenes, historias y anécdotas que recoge este libro y que reflejan no sólo la historia de este aeropuerto, sino también gran parte de los avatares y acontecimientos que en estos setenta y cinco años ha vivido la isla y sus habitantes.