José María de Pereda (1833-1906), el autor de novelas tan populares en su tiempo como Peñas arriba y Sotileza, se centra en esta obra y a través de un lugar imaginario, Cumbrales, en la evocación de un pueblo de la España de finales del siglo XIX, donde se entrecruzan el vivir de cada día con los amores y secretos ocultos de cualquier rama familiar en un rincón de la Tierra.
La novela, “copia del natural” se publicó en Barcelona en 1882 por la Biblioteca de Artes y Letras.
Cuenta con un prólogo de su gran amigo, Benito Pérez Galdós, y las ilustraciones de Apeles y Mestres, con grabados de C.
Verdaguer.
La obra fue editada después de su novela más polémica, De tal palo tal astilla, como una necesidad del autor de olvidar y sumergirse en el cálido ambiente de Cantabria y describir con detalle el amor incondicional por su tierra en el marco de una novela costumbrista.